Una medida que aporta sostenibilidad y solvencia (Manuel Vilches)
Lunes, 26.10.2015
El beneficio fiscal es un concepto amplio y sometido a enormes
variaciones a lo largo del tiempo, influenciado por los avatares
económicos, sociales y políticos de cada momento. Los
denominados beneficios fiscales incluyen, fundamentalmente, la exención
fiscal, las bonificaciones y las deducciones tributarias. Este tipo de beneficios, junto con otros de diferente índole, permiten aplicar determinadas deducciones en la base imponible para aquellos aspectos que el Gobierno desea fomentar, utilizando para ello el resorte de la recaudación tributaria como, por ejemplo, el caso de los sistemas privados de pensiones, mediante los cuales, el Gobierno pretende impulsar la contratación de estos productos, una vez que la caja única de la Seguridad Social se encuentra con dificultades de sostenibilidad,
especialmente de cara a un futuro próximo marcado por el progresivo
envejecimiento de la población, la baja natalidad y el problema del
desempleo.
Es cuando menos llamativo apreciar cómo los diferentes gobiernos se empeñan en impulsar este tipo de ahorro cuando presume
y es consciente de las dificultades de solvencia y sostenibilidad que
nuestro sistema de pensiones va a tener que afrontar y para ello, y de
una forma acertada, según apuntan todos los expertos, promueve campañas de comunicación dirigidas a la sociedad contemplando este aspecto.El debate sobre la conveniencia o no de reinstaurar la desgravación
fiscal sanitaria es como el río Guadiana, que aparece y desaparece de
tanto en tanto. Siempre que aflora aparecen voces en contra y a favor de
volver a implantar esta medida que, sin duda, contribuiría a descargar
al sistema público de salud de una carga asistencial y financiera que,
en este momento, y con los problemas derivados del envejecimiento, la
cronicidad, el acceso a la innovación tecnológica y farmacéutica y el
afloramiento de nuevas patologías, entre otros, se hace cada vez más
agobiante.