Esta apuesta arrancó formalmente en 2009, y buscaba garantizar la calidad sobre tres pilares: procesos, clientes (pacientes) y profesionales. "Empezamos por certificar la calidad de los procesos mediante normas ISO. Después, llegó el turno de acreditar la excelencia de la organización siguiendo los estándares de la EFQM y, por último, nos lanzamos a por el estándar de oro de la calidad en el ámbito sanitario:la acreditación Joint Commission International, que logramos en tan sólo tres años y medio, cuando lo normal es tardar hasta cinco. Pero teníamos los pilares necesarios bien establecidos".Este sello, obtenido en 2015 y renovable cada tres años, "otorga un estatus al mismo tiempo que supone un reto, porque lo difícil no es lograrlo, sino mantenerlo. Una vez que pasas el examen se debe asentar una forma de trabajar que perdure en el tiempo".